Este domingo, 24 de marzo (Día de la memoria), falleció la periodista de Clarín, Susana Viau. A continuación transcribo, de forma completa, una nota realizada por el blog http://www.cortalabochagaceta.blogspot.com.ar/
14/02/2011
Susana Viau habría cambiado de nombre
El Ejército Revolucionario del Pueblo, ERP, era una organización guerrillera liderada por Mario Santucho, que en la década del ´70 decidió utilizar la lucha armada como estrategia central para la toma del poder y la revolución socialista. Entre sus filas estaba ella, Susana Viau: soñadora, joven, seductora, convencida.
Página/12 es un diario progresista que empezó a denunciar los negociados, la entrega y la destrucción del país a la que nos conducía Menem y en el que escribían muchos periodistas, algunos de los cuales tenían una reconocida militancia durante aquella época y que luego de soportar exilios, persecuciones y censuras durante la última dictadura, se dedicaron al periodismo serio de investigación. Ahí también estuvo ella, Susi Viau: ya no tan soñadora, ni tan joven, pero no resignaba todas sus convicciones y por lo menos se animaba a criticar a Menem e insistía con los Derechos Humanos.
Antonio Mata es un español que se hizo multimillonario haciendo quebrar, a propósito y de manera terriblemente ilegal, Aerolíneas Argentinas. Luego tuvo un diario que se llamaba Crítica que tenía casi la misma línea editorial que Ámbito Financiero pero con un buen diseñador gráfico que le ponía onda. El diario también quebró y allí, también estaba ella, Susanita Viau: ya ni un poco soñadora, defendiendo los intereses de un ladrón de aquellos luchando en contra de la Nueva Ley de Medios de la Democracia.
Ahora curiosamente trabaja para Clarín. No pelea más por la revolución socialista, ni por el progresismo, ni por los Derechos Humanos, ni por el periodismo de investigación. Encontró las bondades económicas de trabajar para una empresa que impide la búsqueda de la identidad de dos jóvenes porque su presunta apropiadora es la jefa y no sólo miente, sino que también inventa, flashea y delira. Si por la plata baila el mono, ¿qué harán otros animales? A la que fuera Susana Viau, ahora le dicen la Señora Miau.
El domingo pasado escribió una nota en la que sólo en el primer párrafo utiliza todos estos recursos literarios para inventar lo que se le canta: “la señora M. ...”, “Cuentan...”, “Es que, al parecer...”, “Verdad o imaginerías burocráticas, afirman que la gente de confianza del flamante funcionario habría”(esta es miau, digo muuuy limada), “Esas mismas versiones agregan...”.
Lo más absurdo es que todos estas maravillosas fuentes periodísticas son utilizadas con un pasmoso voluntarismo, para denunciar que una empleada del estado que, por tener una antigüedad enorme, debe estar cobrando más de $10.000, los va a seguir cobrando pero en otro lugar físico.
El segundo párrafo de la nota no alcanza para reconocerle nada a la Señora Maiu. Debemos ser sinceros y admitir que el periodismo independiente, a esta altura, ha engendrado historias muchísimo más fantásticas sobre La Cámpora que la de la Señora Miau. Aunque es un hito novedoso que una periodista como ella ya ni se moleste en poner bien los nombre de los Secretarios de Estado. El trabajo periodístico a la antigua, sabemos, está mal remunerado. ¿No es cierto, señora Miau?
Lo fantástico de este nuevo periodismo gatuno es que, como se inventa el principio del cuento, el resto puede ser directamente surrealista porque se va montando sobre bases lisérgicas y se potencia en forma geométrica. Entonces, viene este párrafo: “Una nimiedad comparada con el temporal que Alvarez tendrá que capear si se confirman los comentarios acerca de su presión sobre el juez Oyarbide para obtener la detención y el procesamiento de Gerónimo Venegas”. Puro arte.
Y claro, si un novelista inventa que hubo un encuentro entre dos personas, también puede inventar qué se dijeron esas dos personas. De los detalles que se le ocurran al escritor depende el éxito de la novela. El único cuidado que hay que tener si uno es “periodista independiente” en lugar de autor de best-sellers de literatura, es poner la palabra “habría” para zafar de las acciones legales que te podés comer si, al mentir, le causás daño a otra persona.
Sabido eso, la Señora Miau, escribe la oración que considera más importante, con mucho punch, para que la gente desprevenida piense que hay que creerle a Clarín, a la corporación judicial, a los grandes grupos económicos, a ¡Duhalde! y a cualquier bicho que camine mientras no sea Cristina o quiera continuar profundizando este proyecto democrático iniciado con Néstor Kirchner. Escribe: “Durante la charla mantenida con el delegado del kirchnerismo, Oyarbide habría aceptado la posibilidad de detener a Venegas siempre y cuando se cumpliera dos requisitos : el primero, el dictado del doble procesamiento de Héctor Capaccioli como factor de equilibrio (“uno y uno”, fue la fórmula descarnada que utilizaron las fuentes)”.
Ahora, usted, querido lector, también sabe que si usa la palabra mágica “habría”, podrá escribir cualquier cosa, como que “San Martín cruzó los Andes pero habría debutado con un pibe” o “San Martín no cruzó Los Andes a caballo porque Macri habría hecho miles de kilómetros de subte hace mucho tiempo”. Pruebeló. A partir de ahora depende de usted averiguar quién le paga más plata por cómo usar la palabra “habría”.