La huelga de hambre es un instrumento de protesta, sin
violencia, que persigue lograr la reivindicación de algún derecho de la
sociedad. Aunque muchas personas inician una huelga de hambre, pocos en la
historia han tenido la verdadera intención de llegar hasta la muerte mediante
la privación absoluta de alimento o agua para conseguir su objetivo.
Teóricamente el ser humano puede vivir sin comer hasta que
se agoten en su sangre los carbohidratos, proteínas y grasas que le suministren
la energía necesaria para las funciones celulares. Aun cuando una persona tenga
una buena reserva de grasa en sus tejidos, requiere que en su sangre se
encuentre disuelta una cantidad suficiente de las vitaminas B para que esa
grasa pueda liberar su energía.
Lo máximo que seres humanos han llegado a vivir sin ingerir
alimento alguno ha sido entre 40 y 70 días, siempre y cuando hayan bebido agua.
Sin este líquido, el organismo sólo sobrevive unos cuantos
días dependiendo de la velocidad con que se deshidrate. Al haber menor cantidad
de agua, disminuye el volumen sanguíneo, la sangre se hace más densa y viscosa
y el corazón tendrá que realizar un esfuerzo extraordinario para bombear la
sangre. La sangre viscosa también facilita la formación de coágulos que pueden
provocar un ataque cerebral o cardiaco. Los iones de sodio y de potasio se
encontrarán a mayo concentración y esto trastornará el funcionamiento de
células musculares y nerviosas, lo que conducirá a deterioro cerebral y paro
cardiaco.
Extraída de Sabiasundato.com
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