Eterna compañera en momentos en los cuales la soledad se
adueña de lugares fríos y oscuros, compañera en los diferentes estados de
tristeza, felicidad, logros y fracasos pero también en encuentros con amigos.
La vida sin ella sería realmente triste, no tendría suficiente color y los días
en que nos cuesta expresarnos, sin su compañía, nos volveríamos completamente
locos. La vida sin música significaría estar condenados a buscar a otras
personas para no correr el riesgo de sentir la soledad y torturarnos con
problemas y reproches internos, pero afortunadamente la música existe y siempre
está cuando la necesitamos, sean motivos buenos o malos.
No importa la forma que adopte o el estilo con que la etiqueten, cuando la música se hace escuchar, arrasa inevitablemente y siempre hay alguien dispuesto a dejarse llevar por su magia. No existe ninguna persona en el mundo a la que no le guste.
En nuestro país el tango y el folclore siempre van a estar vivos ya que son parte de nuestra naturaleza pero hay un género que si bien no es autóctono de estas tierras logró ganarse un lugar protagónico en nuestra historia cultural y artística. El rock nacional comenzó a desplegarse en la década de los ’60 de la mano de Litto Nebbia con su banda Los Gatos al son de “estoy muy solo y triste acá en este mundo abandonado...”. Pronto, ciertos lugares como el Bar de La Perla de Once, Plaza Francia, La Cueva, se convirtieron en sitios muy concurridos, sobre todo por músicos, acompañados de sus guitarras y algún que otro papel donde escribir las primeras letras que hoy todavía siguen sonando en las radios y reproductores de los más nostálgicos y amantes de esa época.
No importa la forma que adopte o el estilo con que la etiqueten, cuando la música se hace escuchar, arrasa inevitablemente y siempre hay alguien dispuesto a dejarse llevar por su magia. No existe ninguna persona en el mundo a la que no le guste.
En nuestro país el tango y el folclore siempre van a estar vivos ya que son parte de nuestra naturaleza pero hay un género que si bien no es autóctono de estas tierras logró ganarse un lugar protagónico en nuestra historia cultural y artística. El rock nacional comenzó a desplegarse en la década de los ’60 de la mano de Litto Nebbia con su banda Los Gatos al son de “estoy muy solo y triste acá en este mundo abandonado...”. Pronto, ciertos lugares como el Bar de La Perla de Once, Plaza Francia, La Cueva, se convirtieron en sitios muy concurridos, sobre todo por músicos, acompañados de sus guitarras y algún que otro papel donde escribir las primeras letras que hoy todavía siguen sonando en las radios y reproductores de los más nostálgicos y amantes de esa época.
La influencia de Elvis Presley y la expansión del fenómeno
Beatles por todo el mundo, despertó en los artistas argentinos las ganas de
rockear. Si bien se trataba de un estilo que pertenecía a otra cultura, el rock
tenía algo que conquistó a todos: su manera de expresarse, el mensaje que
contenía.
El mencionado Litto Nebbia, Miguel Abuelo, Luis Alberto Spinetta, Tanguito, son algunos de los nombres que se destacan entre los iniciadores de este género en nuestro país, que tenía como premisa tomar el nuevo mensaje musical y cantar en castellano los sentimientos y vivencias de quienes no estaban de acuerdo con el modelo aceptado socialmente.
El mencionado Litto Nebbia, Miguel Abuelo, Luis Alberto Spinetta, Tanguito, son algunos de los nombres que se destacan entre los iniciadores de este género en nuestro país, que tenía como premisa tomar el nuevo mensaje musical y cantar en castellano los sentimientos y vivencias de quienes no estaban de acuerdo con el modelo aceptado socialmente.
Durante los primeros años nuestro rock ignoraba lo
intelectual ya que no tenían los suficientes medios para crear algo original y
la sociedad mucho no los ayudaba, pero con la entrada de los años ’70, una
nueva generación de artistas diversificó aún más el rock argentino logrando
independencia en sus productos del rock estadounidense y del inglés. Por su
parte, el rock acústico continuó como uno de los estilos más populares en el
país, encabezando este subgrupo la banda liderada por Charly García y Nito
Mestre: Sui Generis.
Años más tarde, el mismo Charly García pero al frente de
otra banda llamada Serú Giran consiguió eludir las prohibiciones de la última
dictadura, la más oscura y sangrienta de nuestra historia, apelando a las
metáforas para luchar pacíficamente contra el proceso y lograr a través de sus
canciones abrir los ojos del pueblo argentino. Temas como "Canción de
Alicia en el país" que contaba lo que estaba pasando con frases como
"Te vas a ir, vas a salir, pero te quedás... ¿dónde más vas a ir? [...] no
cuentes que hay detrás de aquel espejo, no tendrás poder, ni abogados, ni
testigos."
Las letras al escucharlas por primera vez no era sencillo entenderlas porque la inteligencia que tenía la banda era tan grande que gambetearon las restricciones utilizando recursos como la analogía, la comparación, técnicas de la poesía para comunicar las cosas y reclamar contra los militares de una manera extraordinaria como por ejemplo en la canción “Los Dinosaurios”: “Los que están en la calle pueden desaparecer en la calle, los amigos del barrio pueden desaparecer…Pero los dinosaurios van a desaparecer”.
Terminada la etapa de la dictadura, la década
del ’80 trajo consigo una renovada generación de adolescentes, productores de
ideas diversas sobre el rol de los jóvenes en la democracia. Entre ellos, se
destacaron Soda Stereo que sería el origen de un movimiento continental de rock
latino. A este conjunto de bandas se adhirieron Sumo y Patricio Rey y sus
Redonditos de Ricota, iniciadores y representantes de un estilo de rock más
pesado. La década de los ’90 se
caracterizó por la aparición de conjuntos como Bersuit Vergarabat, que a través
de sus canciones protestaban contra el gobierno de Menem y Viejas Locas que fue
precursora de lo que se llama actualmente “rock barrial”.Las letras al escucharlas por primera vez no era sencillo entenderlas porque la inteligencia que tenía la banda era tan grande que gambetearon las restricciones utilizando recursos como la analogía, la comparación, técnicas de la poesía para comunicar las cosas y reclamar contra los militares de una manera extraordinaria como por ejemplo en la canción “Los Dinosaurios”: “Los que están en la calle pueden desaparecer en la calle, los amigos del barrio pueden desaparecer…Pero los dinosaurios van a desaparecer”.
Hoy en día el rock nacional se encuentra estancado. Hay muchas bandas nuevas pero muy pocas hacen algo realmente original, los sonidos son muy similares entre todos los conjuntos y las letras no contienen mucha coherencia y cohesión. Son más bien, frases sueltas con una canción de fondo pero esto no quiere decir que no haya grupos que convoquen gente. La música es universal y los gustos completamente personales.
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