1. Contiene fructosa. Una investigación realizada por los
expertos Robert Lustig y Richard Johnson, indica que el exceso de éstas hace
subir de peso engañando al metabolismo, ya que apaga el órgano de control del
apetito en su sistema. La fructosa no estimula adecuadamente la insulina, que a
su vez, no suprime la grelina (la “hormona del hambre”) y no estimula la
leptina (la “hormona de la saciedad”), que juntos dan lugar a la resistencia a
la insulina y esto hace a una persona comer de más. Salud180
2. Daña tus oídos. La fructosa aumenta los niveles de
triglicéridos. De acuerdo a un estudio de Alma Pesquero Romero, responsable del
Gabinete de Otoneurología del Hospital Regional, Gabriel Mancera, el oído suele
ser el primer órgano en revelar un padecimiento en el sistema circulatorio,
siendo más frecuentes las hiperlipidemias, es decir, altos niveles
triglicéridos (principal tipo de grasa que viaja por vías sanguíneas para dar
energía o ser almacenada).
3. El tiempo lo afecta. Si no es fresco y lleva más de 2
horas en el refrigerador o a la intemperie, su valor nutricional se reduce
hasta en un 80 %.
4. Causa diabetes. Un estudio publicado en British Medical
Journal, sobre el consumo de frutas y el riesgo de diabetes tipo 2, revela que
pese a que comer fruta reduce el riesgo de desarrollar diabetes, beberla parece
aumentarlo.
5. No contiene prácticamente fibra. Un vaso de jugo de
naranja representa el 10 % de la fibra que una naranja tiene.
6. Aumenta tu peso. El experto Alberto Cormilot señala que
en el jugo de naranja sólo se utiliza los hidratos de absorción rápida, que
aumentan bruscamente la insulina en la sangre y favorecen a la formación de la
grasa.
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