El consagrado actor
de cine, teatro y televisión Alfredo Alcón falleció esta madrugada, a los 84
años, debido a una grave insuficiencia respiratoria, informó su representante
Alejandro Vanelli a través de la red social Twitter.
Alcón murió en su domicilio de Barrio Norte, después de
estar internado durante cuatro meses en el Sanatorio de la Trinidad.
En el transcurso de la mañana de hoy seguramente se sabrá
donde serán velados sus restos y no se descarta la sede de la Legislatura
porteña.
Alcón fue el actor argentino por excelencia, el emblemático,
el calificado alguna vez como el mejor, el más mimado, el más envidiado por los
que minimizaban su arte, el que marcó más de medio siglo el teatro, el cine y
aun la televisión de la patria.
Especializado en los clásicos -Shakespeare y Lorca, sobre
todo- hubo gente que decía: "Alcón siempre hace de Alcón", en tanto
otros iban a ver a Alcón haciendo de Alcón como los ingleses iban a ver a
Laurence Olivier hacer de Olivier o a John Gielgud hacer de Gielgud.
Lo cierto que luego de haber declamado a aquellos y otros
clásicos y haber sido el rostro visible en varias películas de Leopoldo Torre
Nilsson, dio muestras de gran madurez en obras como la última, "Final de
partida", en el San Martín, y hasta se atrevió al humor con
"Vulnerables" y "Durmiendo con mi jefe", por Canal 13.
Alcón tuvo varios privilegios: la eufonía de su nombre, un
rostro y un cuerpo privilegiados que le permitieron parecer siempre varias
décadas menor, una voz característica que bien podía hablar en porteño o en
madrileño con la misma versatilidad y una bonhomía que le permitió no subirse
nunca al caballo, aun sabiendo quién era.
Fue un hombre siempre atento al requerimiento periodístico,
florido de verba y certero en frases nunca vacías que han quedado en el papel
impreso, auténtico progresista en sus ideas aunque no estuviera adscripto a un
partido, y defensor de políticas y legislaciones de la última década.
Había nacido en Ciudadela, el 3 de marzo de 1930, aunque
otras versiones hablan del barrio porteño de Liniers, como Alfredo Félix Alcón
Riesgo, quien al egresar del Conservatorio Nacional de Arte Dramático ingresó
al ciclo "Las dos carátulas", que en 1951 se emitía por Radio del
Estado, hoy Nacional, la Radio Pública, aunque al mismo tiempo el contrato lo
obligaba a leer informes del Mercado de Hacienda.
A principios de la década debutó en los escenarios con
"Colomba", inspirada en Próspero Mérimée y dirigida por Juan Carlos
Thorry, que fue el principio de una larguísima carrera en las tablas que
incluyó al principio pésimas críticas, inseguridades de su parte y el ingreso
en el cine con "El amor nunca muere", de 1955, como galán de Mirtha
Legrand.
Debió ser el galancito durante un puñado de filmes, de Tita
Merello, otra vez de Legrand, de Graciela Borges en "Zafra", debut de
la actriz- y padeció el pedido de Samuel Eichelbaum de que quitaran su nombre
como dramaturgo de "Un guapo del 900" si él era el protagonista.
El filme de Leopoldo Torre Nilsson (1960) fue sin embargo la
consagración de Alcón y éxito de público, pese a que el futuro gran actor
suponía que el personaje era "propiedad" de Francisco Petrone, quien
lo había encarnado varias veces.
Además de sus películas con el director -"Piel de
verano", "Martín Fierro", "El santo de la espada",
"Güemes, la tierra en armas", "La maffia", "Los siete
locos", "El pibe Cabeza", "Boquitas pintadas"-,
descolló en "Los inocentes" (1964), del español Juan Antonio Bardem, "Prisioneros
de una noche" y "¿Qué es el otoño?", de David José Kohon,
"Nazareno Cruz y el lobo", de Leonardo Favio, "Pubis
angelical", de Raúl de la Torre.
En 1978 rodó en España "Cartas de amor de una
monja", de Jorge Grau, junto a Analía Gadé, prohibida en la Argentina
durante años y en la que ambos cumplían escenas con desnudos que sorprendieron
a los pocos que concurrieron tiempo después a su estreno en el ex cine Gloria.
En teatro actuó con éxito no sólo en la Argentina sino
también España, además de otros países, sobre autores como Arthur Miller,
Tennessee Williams, Henrik Ibsen, George Tavori, Eugene O`Neill, Neil Simon y
Juan Villoro.
En TV se recuerdan sus trabajos en "Yerma" (1963)
y "Hamlet" (1964), dirigidas por David Stivel, "Otelo",
"Por el nombre de Dios", "Vulnerables", "Locas de
amor" y "Herederos de una venganza" (2011), su última aparición
en la pantalla chica.
Entre otros premios recibió el de mejor actor en el Festival
de Cine de Cartagena, Cóndor de Plata (2), Martín Fierro (7), Konex (4),
Quinquela Martín, María Guerrero, García Lorca, ACE (2), Festival de Teatro de
Colombia, Ollantay, Estrella de Mar de Oro.
Su último trabajo teatral fue el año pasado con "Final
de partida" de Samuel Beckett junto a Joaquín Furriel en el teatro Gral.
San Martín.
Nota extraída de telam.com.ar
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